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martes, 29 de octubre de 2013

Instrucciones de vida

Nací, crecí, jugué, estudié, consumí (por supuesto) y cumplí..
Me engañaron, me anestesiaron, me domaron y me inocularon conformismo.
Protesté, luché, acampé, insulté y me indigné.
Miré a mi alrededor y expliqué, contagié y desperté.
Empezó la liga de fútbol y todo se olvidó.

lunes, 14 de octubre de 2013

Tres mujeres en un cerro

Hace unos días, tres mujeres contemplaban el mundo que les rodeaba desde lo alto de un cerro.
La primera abrió los ojos y vio todo lo que tenía al alcance de su vista.
La segunda utilizó todos sus sentidos y, además, de ver, olió, escuchó, palpó y saboreó.
La tercera miró con el alma, sintió con las tripas y escuchó con el corazón.
La primera sonrió; la segunda se enfadó y la tercera se entristeció.
Cuando la primera regresó a su pueblo, contó las maravillas que había visto. Habló de los pájaros, de los árboles, de las nubes y de los colores. La llamaron poetisa.
Cuando la segunda regresó a su pueblo, denunció la destrucción del entorno, lo mucho que se había degradado y lo poco que iban a heredar sus descendientes si no ponían remedio. Habló de la basura, de la contaminación, de la muerte y de la inmundicia. La llamaron indignada.
La tercera no regresó. Escribió y fotografió; grabó y tuiteó; investigó y publicó. Difundió con honestidad lo que había visto. Conoció, comprendió, contrastó y comunicó. La llamaron periodista.
A la primera le abrieron las puertas de los teatros, los cafés y las tertulias. A la segunda le mandaron a la policía para que la detuviera. A la tercera intentaron silenciarla.
Días después, otras tres mujeres subieron al mismo cerro y la historia se repitió.